Esta imagen es del paraíso donde me encuentro: Fuerteventura.
Aunque soy malagueño y orgulloso de mi tierra, uno nunca sabe dónde está su lugar y qué le depara el destino.
Cuando te ves en la obligación de empezar a trabajar desde joven para ayudar a la familia y salir adelante, aceptas cualquier tipo de trabajo, pero en mi caso nunca renuncié a seguir estudiando y aprendiendo.
Después de muchos años, si echo la vista atrás puedo interpretar de dos formas muy diferentes mi vida laboral:
- La negativa: trabajos con horarios interminables, mal pagados, sin ganas de levantarse para hacer algo que no te gusta, sensación de que la vida se te está consumiendo…
- La positiva: He conocido a muchísima buena gente, he aprendido muchas cosas que me sirven para el día a día, he desempeñado multitud de trabajos como camarero, carpintero, ferralla, he conocido lugares maravillosos…
Pero como digo en el título de este post: Todo tiene su momento.
Desde que conozco la informática siempre he sabido que ese era mi mundo, y se convirtió en mi META profesional, pero no llegaba nunca esa meta y seguía trabajando en cualquier cosa, sin otra ilusión más que llegar a fin de mes para cobrar el sueldo.
Por unos años dejé los estudios para poder trabajar, que paradoja ¿no? Sin embargo crecía en mi interior la idea de que esto iba a seguir así y no aportaría nada a este mundo.
Mi cuerpo, mi cabeza… mi espíritu me pedían a gritos un cambio radical, y tuve la oportunidad de venir a Fuerteventura, dejarlo todo, despejarme, pensar y encontrarme a mí mismo.
El momento llegó y decidí retomar mis estudios y mi pasión, decidí hacer lo que realmente me gusta, decidí no ser esclavo y seguir ese consejo de un tal Steve Jobs: «Cuando te levantes mírate al espejo y hazte una pregunta: lo que vas a hacer hoy ¿es realmente lo que quieres hacer?» (o algo parecido).
Ahora mismo trabajo de técnico informático y desarrollador web, no soy millonario, no tengo un sueldazo, no tengo el último móvil ni un Ferrari en el garage, pero sí tengo otras muchas cosas: Ganas de levantarme y empezar un nuevo día, ilusión, nuevos retos y metas y muchas ganas de seguir aprendiendo.
Gracias por leer estas líneas y espero que tú también respondas con un rotundo SI a esa pregunta que se hacía el gran Steve Jobs.
Un abrazo!!